Comenzar perdiendo y terminar ganando. Ejemplo de mentalidad ganadora.
Siendo poco aficionado al futbol, me convertí en hincha fanático de la Selección Colombia durante el pasado mundial de Brasil 2014, donde llegamos a cuartos de final. Hoy en día con un hijo de 7 años a quien le encanta ese deporte y sueña con ser jugador profesional, me confirmo y declaro aficionado al Mundial, a la Selección Colombia y en especial a los partidos con muchos goles.
No seguí Brasil 2014 en su totalidad. Eso sí disfruté cada uno de los minutos que jugó Colombia y hasta compré la camiseta de la Selección, para lucirla orgullosamente durante sus fechas clave. En estos días, mientras se juega la nueva versión del Mundial de Fútbol, Rusia 2018, he visto casi todos los partidos, bien sea en salas de reuniones con todos los computadores abiertos, en un restaurante con mi familia y amigos, en casas de amigos o simplemente en casa con mi enano, oyéndole su relato de lo que acontece en el partido y contradiciendo lo que dicen los comentaristas de DirecTV.
Me ha gustado el Mundial en el sentido más amplio. Los hinchas y jugadores de países distanciados histórica, política o económicamente, logran demostrarnos que podemos compartir en paz y divertirnos juntos, alrededor del deporte. La alegría y la fiesta alrededor de un deporte son maravillosas, más aún cuando las banderas de los países se juntan en armonía y alegría.
En materia de futbol, me han sorprendido en especial aquellos equipos que inician los partidos perdiendo y los terminan ganando. Marcan sus goles con entusiasmo como si la derrota no importara. Advierto que al no ser experto en futbol mis comentarios y análisis son netamente los de un aficionado y amante de la superación personal, de la buena energía, de la calma para superar cualquier situación complicada y de las personas y equipos que haciéndose responsables de sus propias circunstancias, se reinventan para voltear esas situaciones a su favor y triunfar. Observar cómo esos equipos han remontado sus partidos me estimuló a investigar sobre el tema.
En el partido Argentina y Francia, donde los galos comenzaron perdiendo 2-1 y al finalizar el partido ganaron con un marcador de 3-4. Encontré el partido fascinante de comienzo a fin y fue evidente cómo cada uno de los equipos manejó emocionalmente sus transitorias derrotas. Al recibir un gol los franceses se llenaron de energía y buscaban superar la adversidad para continuar con su objetivo de ganar. Argentina por su parte, comenzó a administrar su temprana victoria y cuando Francia ganó el partido el veredicto de los expertos fue falta de táctica y estrategia. En mi opinión el equipo argentino se había entregado mentalmente a una posible derrota, totalmente innecesaria.
El partido Japón, Bélgica tuvo el mismo componente. Bélgica comenzó perdiendo 2-0, en un contexto muy complejo, cuando Japón marcó dos goles en menos de 10 minutos. Durante el segundo tiempo, al igual que Argentina, Japón comenzó a administrar su temprana victoria y en 25 minutos Bélgica le marcó 3 goles para finalizar victoriosos. Bélgica, al igual que Francia, con dos goles en contra continuó jugando como si apenas llevaran 0-0 y con la convicción de triunfar. La expresión en la cara de los belgas era de nada se ha perdido, hasta que el árbitro pite el final del partido y en el ultimo minuto anotaron el espectacular gol de la victoria.
Los finales de los encuentros Alemania-Suecia y Colombia-Inglaterra, fueron emocionantes hasta las lágrimas y nos mantuvieron con la idea de un posible triunfo que nos permitiera pasar a cuartos de final. Aunque Alemania y Colombia perdieron posteriormente, demostraron la misma fuerza de luchar hasta el último minuto, con la convicción de ganar.
¡En todo caso los 8 equipos jugaron partidazos, emocionantes y con goles!
Quiero compartir ahora cuatro reflexiones aplicables también a nuestras vidas profesionales y personales:
- Es muy emocionante ver partidos llenos de goles y equipos que salen a ganar. Se prepararon estratégica y tácticamente y lo convierten en realidad en la cancha. Equipos que en sus entrenamientos, sus partidos, sus derrotas y sus éxitos, actúan siempre con la convicción y visión de ganar la Copa del Mundo.
Pensemos por un instante qué ocurriría si cada mañana despertáramos con la misma convicción y visión y diéramos un paso que nos acercara a alcanzar una gran meta. Los equipos y las personas que tiene una visión clara, con fechas de entrega y premios/recompensas definidas, son imparables. Observar equipos y personas que llevan varios años entregados a la visión de lograr la Copa es apasionante y debería llenarnos de energía el saber que es posible obtener los mismos logros en nuestros lugares de trabajo.
- Un segundo aspecto muy agradable de observar es el esfuerzo por ganar de TODO el equipo hasta el ultimo minuto. Los arqueros que quieren ayudar y marcar un gol, los jugadores sentado en la banca manteniendo la moral alta, los técnicos dando dirección y visión, los jugadores en la cancha ayudándose mutuamente y, muy importante, los hinchas alentando a los jugadores. El partido se acaba sólo al final del último minuto y nada está escrito antes de que el árbitro anuncie su finalización. Entretanto, todos los miembros del equipo en sus diferentes roles, forman parte de un sistema sincronizado e intuitivo cuya energía puede llevarlos a la gloria hasta en el último instante.
Lo mismo ocurre en una organización cuando cada integrante da el máximo de sí mismo. Algunas ya lo están logrando y es fascinante observar cómo sus equipos logran niveles similares a los del Mundial, con todos sus miembros jugando hasta el ultimo minuto con una clara visión de dónde quieren llegar.
- El que administra la derrota temporal con tranquilidad y confianza puede ver mejor las oportunidades y triunfa. ¡No es un factor técnico sino mental el que termina triunfando!
Cuando el equipo que hace el primer gol se convence de que ya ganó, abandona la lucha por hacer más goles. Mantener la confianza y la seguridad de ganar desde el primer minuto hasta el ultimo es fundamental, especialmente si se va perdiendo el partido.
Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, ha investigado este factor durante toda su carrea para llegar a una conclusión similar a la del periodista y autor Napoleon Hill, en 1930: “La actitud o mentalidad hace la diferencia, incluso entre personas con más talento o inteligencia”. Los jugadores y equipos que tienen mentalidad y actitud de crecimiento siempre triunfarán frente a aquellos con mentalidad o actitud “arreglada” o establecida.
¿Qué tal una organización donde todos tengamos mentalidad de crecimiento sin importar cuán talentosos seamos? ¡Tendríamos siempre la actitud de aprender de los errores, corregirlos y continuar creciendo!
Podemos desarrollar esa mentalidad de crecimiento sometiéndonos a experiencias retadoras como emprender nuevos negocios o desafiar lo que ya existe, entendiendo que hay que jugársela hasta el minuto final.
- Después de terminar los partidos los periodistas entrevistan tanto a ganadores como a perdedores y escuchamos emocionados respuestas como: “Dimos todo en la cancha; el equipo estuvo a la altura y estamos felices, ya pensando en el siguiente partido”.
Y también hemos visto lágrimas y decepción al perder, con dos tipos de respuestas muy diferentes: la primera: “Estamos muy tristes porque veníamos por más al Mundial. Sin embargo, hoy el equipo no funcionó, cometimos algunos errores y el árbitro no fue parcial”. En resumen, el equipo contrario no tuvo mérito alguno para lograr la victoria, pues ésta se debió a los errores propios y a la parcialidad del árbitro. Esta respuesta no reconoce la corrección de los errores como fuente de aprendizaje.
La segunda respuesta es: “Estamos orgullosos porque dejamos todo en el cancha. Jugamos bastante bien; sin embargo, el rival fue superior hoy y se lleva una merecida victoria. Tenemos que aprender de esta derrota y continuar adelante”. Esta respuesta corresponde más a lo que llamamos un buen perdedor que quiere aprender, reconoce lo que su equipo hizo bien y también el buen trabajo del adversario.
Estas cuatro reflexiones se confirmaron una vez más durante el partido entre Croacia e Inglaterra, donde los croatas lucharon como guerreros hasta el ultimo minuto. La mentalidad, el enfoque y la confianza en la táctica de los equipos fue formidable. Sin embargo triunfo aquél con mayor resistencia de mentalidad ganadora.
Desde el inicio de cualquier proyecto o trabajo siempre hay dos opciones: o perdemos o ganamos. Si las reconocemos y las hacemos evidentes en nuestras vidas, nos serán de gran utilidad en el desarrollo de una actitud de crecimiento. Por supuesto que hemos cometido errores que nos han llevado a reveses profesionales y personales. Sin embargo, reconocerlos como lo que son y administrar esas derrotas como aprendizaje nos lleva a aprender, corregir y mejorar.
Mi experiencia de casi dos décadas buscando liberar el máximo potencial de las personas, equipos y organizaciones me ha demostrado que es posible llevar estas cuatro características a la vida real, jugar nuestros propios Mundiales y cambiar nuestras vidas desarrollando una triunfante mentalidad de crecimiento.
Ya veremos la final el domingo, y esperemos ver el último fascinante partido de este mundial 2018.